La felicidad es un concepto publicitario que necesita que luches contra tu angustia, contra tu tristeza, contra tu sensación de soledad, contra tu ansiedad.
¿Para qué?
Para que consumas productos o servicios que «te saquen» de esas emociones mal denominadas «bajas».
El bienestar incluye todas las emociones del Arco Iris.
Cuando estás en bienestar, te permites un día de tristeza, un día de no ver nada bueno hacia delante, un día de temor o de ansiedad.
¿Cuál es la diferencia entre el bienestar y la felicidad?
Si pretendes la felicidad vivirás para construir momentos felices futuros que queden plasmados en fotografías.
Si vives en bienestar, te permitirás, sin miedo, recibir todas las emociones que este plano te propone, incluidas la tristeza, el miedo y la ansiedad.
El bienestar te permite integrar al miedo, integrar la tristeza y comprender para qué debes transitar esas emociones. ESO es gestionar las emociones, ESO es ser emocionalmente inteligente.
NADIE vive feliz todo el tiempo. Es una propuesta publicitaria imposible de cumplir y (justamente) como es imposible de cumplir, consumirás eternamente y ese es el objetivo.
La publicidad apunta a tu carencia, a tus duelos.
En los años ’90 vivíamos para el éxito, por eso la droga de moda y más consumida era la cocaína, una droga que te permitía PRODUCIR sin dormir.
Hoy vivimos para la felicidad, por eso tenemos al alcance más y más drogas sintéticas que prometen felicidad instantánea.
Permítete sentirte triste si hoy lo estás y tómate una foto y pon «estoy triste hoy» o «estoy cansado hoy» o «no, no soy feliz ahora»
Deja de montar una obra de teatro para el vecino, para tu madre, para tus ex compañeros de colegio que te espían en Facebook.
El bienestar es una herramienta con la que naciste.
UTILÍZALA y sé una persona SOFISTICADA, que se da el LUJO de consumir lo que quiere cuando quiere, que se permite sentir lo que siente y lo integra y lo convierte en una oportunidad, más allá de lo que el resto consuma
(María Van)
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