El Universo funciona como una tienda de ropa. ¿cómo es eso?
Entramos a una tienda decididos a elegir una prenda que deseamos, la probamos y la compramos. A ninguno de nosotros se nos ocurre ir a una tienda de ropa a probarnos prendas que no nos gustan.
Una vez que hemos decidido salir de compras seguiremos (más o menos) los siguientes pasos:
1- Llegamos a la tienda y vamos a los percheros.
2- Vemos prendas que nos parecen bellas, otras ridículas, otras son lindas pero no van con nuestra personalidad, algunas fuera de nuestro presupuesto, otras espantosas al tal punto que no entendemos cómo alguien podría usar eso, etc…
3- En un momento vemos el traje soñado. Nos encanta, lo descolgamos para verlo mejor.
4- El vendedor se nos acerca preguntando si queremos probarnos el traje. Accedemos.
5- En el probador comprobamos si nos agrada, pedimos un talle más o menos o lo descartamos porque no era lo que imaginábamos y seguimos buscando.
6- Finalmente damos con lo que nos queda bien, lo pagamos y salimos de la tienda con nuestra compra hecha.
El Universo funciona de una forma parecida:
1- Comienzas el día. Tu mente se activa y allí aparece un enorme perchero con una cantidad innumerable de pensamientos.
2- Tienes pensamientos que te hacen bien al alma, como pensar en las próximas vacaciones. Otros pensamientos resultan graciosos, tal vez recordar un chiste que escuchaste en la televisión. Y ahí están los otros, la mayorÌa, los pensamientos horribles que te presionan el pecho.
3- Aquí es donde comenzamos a perder el eje. En lugar de volver a los pensamientos que nos hacen bien, nos trabamos en los que nos hacen daño. Te quedas vibrando en posibles enfermedades, recuerdos sórdidos de tu vida, rencores que guardas hacia algunas personas, imaginas accidentes que te podrían ocurrir o repasas con una metodología tortuosa todas las deudas que tienes pendientes.
4- Viene el vendedor y te ofrece la prenda que tienes entre manos: más deudas, una caída en la escalera de la oficina, una discusión con tus hijos, un email de una amiga que ya no quieres ni ver, un resultado médico desfavorable. Y te quejas. Le gritas al vendedor reprochándole haberte traído trajes tan horribles. Imaginemos esta escena:
T˙: -«°Pero cómo se le ocurre ofrecerme probar ese vestido tan feo!»
Vendedor: «Disculpe, es que lo descolgó del perchero, entendí que le gustaba.»
T˙: “¿De verdad piensa que tengo tan mal gusto como para salir a la calle con esto?»
Vendedor: «No lo sé, pasan muchos clientes por aquí, yo no opino, simplemente ofrezco lo que desean.»
T˙: «°Usted es un imbécil!. °Métase el vestido donde le quepa!»
Visto así resulta una escena muy ridícula. Pues así es como somos. Ridículos.
Descolgamos cada día los peores pensamientos del perchero y pretendemos que el Universo entienda que debe traernos todo lo contrario. ¿Por qué lo haría?
Volvamos a la tienda. ¿A quién se le ocurrirÌa descolgar del perchero un pantalón que le resulta espantoso? ¿Alguien pierde tiempo observando tan detalladamente una prenda que no le gusta?
El vendedor funciona como enviado del Universo. Te has descolgado una prenda, la tienes en la mano, en el Universo hay una regla clara: «Cuando un cliente se enfoca en una prenda, los vendedores deben acercarse e invitarlo a los probadores.» Has descolgado desde la mañana la prenda «Cada vez mi salud va peor.» y el Universo funciona a la perfección. Tendrás un «vendedor» respondiendo con síntomas a la brevedad. Cada día volvemos a casa con la bolsa de nuestra pésima compra, quejándonos sobre lo imbéciles que son los vendedores, sobre la mala suerte que tenemos.
Cuando hablo de vibración, muchas personas imaginan conceptos relacionados con la «mala y buena onda» y no tiene nada que ver con eso. Nuestros pensamientos impactan en nuestro organismo de forma tal que cada célula del mismo emitir: una vibración. Esto es física, no cuestión de optimismo o pesimismo.
Es imposible atraer a tu experiencia de vida algo que no se asemeje a tu vibración. Si lo que tienes entre manos es el pensamiento de lo mal que te está yendo con tu pareja no puedes pretender que el Universo te envíe momentos agradables en tu vida amorosa. Por supuesto que cada tema en nuestra vida es muy complejo, estos son sólo ejemplos generales para comprender gráficamente lo que sucede cuando eliges pensar de una u otra forma.
Somos ridículos porque sólo vemos una parte mínima del perchero que podría cambiar nuestra vida: hay dos o tres sueños colgados, varios reproches, muchísimos miedos, miles de recuerdos trágicos y un sin fin de culpas. Pareciera que no consideramos que nuestro presupuesto dé para más sueños. Los miedos, las penas y las quejas siempre están de oferta. Lleve dos culpas al precio de una. ¿Verdad?
Entonces, ¿cuál sería el comportamiento ideal?
1- Despierto. Respiro. Observo el perchero. El primer pensamiento que cuelga es: HOY MI DIA DE TRABAJO SERA INTERMINABLE. SEGURO ME PEDIRAN HORAS EXTRAS. NO LLEGARÉ A CASA A CENAR. CENAÉ SOLO MIRANDO LA TELEVISIÓN. A ESA HORA YA NO HABRÁ NADA INTERESANTE, SOLO EL CURA QUE HABLA A LA MEDIA NOCHE. OTRO DIA PERDIDO EN TRABAJAR Y TRABAJAR. ESTO NO ES VIDA…
Bueno, podría seguir. Lo cierto es que aún no te levantaste de la cama y claro, tampoco te dan ganas. Como ves no has tenido solamente un pensamiento. Has descolgado el primero: HOY MI DIA DE TRABAJO SERA INTERMINABLE. Y no lo viste pero el vendedor entrenado te fue acompañando al probador con más y más prendas similares a la que escogiste y allÌ te quedaste, mirándote al espejo, lamentándote de qué feas te quedan esas ropas.
Es inevitable (por lo menos al comienzo) que los pensamientos que te dañan aparezcan primero porque ahí los has acomodado. Observa tu closet real (o perchero casero), ¿qué tienes más a mano? ¿los vestidos largos de fiesta?¿el traje del día de tu casamiento? ¿o la ropa que usas a diario? Bueno, es igual con los pensamientos, si vienes hace años pensando en lo mediocre que es tu vida no pretendas que mañana a la mañana el primer pensamiento sea:
¡QUÉ DÍA MARAVILLOSO TENDRÉ!
La tienda en la que compras te conoce, hasta te han dado una tarjeta de cliente VIP, sabe tus gustos y quiere complacerte.
Mañana te recibirá con un: MI VIDA ES DESPRECIABLE.
Dijimos que haríamos el ejemplo ideal:
1- Despierto. Respiro. El primer pensamiento que veo es negativo. Freno. Respiro de nuevo. Enfoco en algo que deseo. Me levanto. Sigo en eso que deseo.
2- El vendedor (Ley de la Atracción) traerá otro pensamiento que se asemeje a la vibración que estoy ofreciendo y como estoy pensando en el verano me trae un pensamiento de recuerdo, ahora estoy recordando el último verano. La arena suave, días más largos con sol, jugos de frutas… A mi mente no le gusta que de pronto me esté sintiendo bien, le da inseguridad (si siempre nos sentimos mal ¿qué pasa que ahora nos sentimos a gusto?) entonces me recuerda que en el último verano tenía pareja y ahora estoy solo. Empiezo a vibrar mal…
No logramos llegar al ideal, ¿verdad?
Bueno, en un próximo escrito explicaré porqué no podemos salir de la bendita tienda con una bolsa que contenga el pensamiento que nos encanta.
De momento quédate con esto: Eso que descuelgas del perchero es lo que el vendedor entiende que deseas.
En la tienda Universo no existe el NO, todo es inclusión. Por eso es vital estar atento a qué le pones tu foco de atención, es decir, qué descuelgas del perchero. Descuelga sólo los pensamientos que te generen linda sensación en el pecho.
Hazte el propósito durante una mañana, ni siquiera te digo un día entero, sólo por una mañana. Desde que me despierte hasta el mediodía, pase lo que pase, sólo enfocaré en pensamientos que me hagan bien.
(María Van)
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